Hay que decir que el increíble circuito urbano y primer circuito nocturno de la Fórmula 1 no defraudó. Por el contrario, además de elegancia y maravilla, nos dejó una carrera muy emocionante. Hubo adelantamientos, accidentes, safety cars, incidentes en el pit lane y por supuesto una gran victoria de Fernando...nuestro Fernando. Pues bien, Singapur tampoco me decepcionó, por el contrario, me impresionó más que la primera vez que estuve. Una ciudad muy moderna pero con mucho estilo. Las luces tenues, las orquídeas florecientes, los edificios maravillosos, el ambiente de exhuberancia y por supuesto, el extraordinario Singapore Sling.
Como sabéis soy un poco sibarita y me encanta el lujo. Pues bien, aprovechando el gran evento de la Fórmula 1 en una ciudad donde la exquisitez se respira, he podido volver al exclusivo Raffles Hotel. Un hotel maravilloso, ubicado en el corazón más exclusivo de la ciudad, a pocos minutos del increíble paseo marítimo y los teatros de la bahía.
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